Damián Ferrari, el músico que viaja por el mundo con talleres de “Despertar”

Damián Ferrari es porteño. Es artista y ha compuesto muchas canciones. Ahora se vale de la música para ayudar a sanar, a autodescubrirse y asegura que “ha visto milagros”. Todo se lo cuenta a Capital 24.

SOCIEDAD & CULTURA 07/09/2023
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“Soy Damián Ferrari, soy de Buenos Aires. Tuve una infancia hermosa en Martínez, llena de deporte, colegio, videojuegos, viajes por distintos lugares del mundo”, comienza a contarnos. 

Se define como un soñador: “Un buscador de ir por más, siempre me atrajo el mundo espiritual, mi mamá es astróloga y a partir de ahí empecé a caminar, a hacer talleres, cursos, autodescubrimiento, trabajo con plantas medicinales”.

Y agrega: “Ahora con más comprensión puedo entender mi linaje de tantas vidas: siempre tuve vidas en monasterios, como maestro espiritual, así que por ahí va mi alma, como un mensajero de paz”.

 - ¿Cuánto hace que haces música? 

 - Con la música siempre me gustó cantar, era adolescente y muy tímido, mis primeros pasos los di pasados los 20 años que ya arranqué con profesor de canto, empecé a estudiar, entré en un taller de liderazgo personal, estudié televisión, cine, producción y dirección de radio y TV. En paralelo empecé a estudiar canto, música y ahí empezaron a nacer letras, canciones y un día me sorprendió esa canción “Asumo”, una de las más celebradas por mi público.

 - ¿Qué representa la música en tu vida?

 - Es una herramienta, un canal de luz, un puente de mi alma hacia la vida, hacia los otros seres humanos. Siento que hoy en día estoy haciendo canciones más evolucionadas en cuanto a lo espiritual, al mensaje, y va evolucionando con mi ser. Es un lugar para jugar y ser libre y soltar la poesía hacia el mundo.

 - ¿Cómo es tu momento de inspiración para componer canciones?

 - Es muy aleatorio. A veces sucede de forma imprevista en lugares imprevistos. El mito de la ducha a veces es así. Lo más genuino que he compuesto ha sido “entre que no pienso y no pienso”, siento que recibo asistencia, que no estoy solo cuando compongo, incluso he compuesto canciones con palabras que no uso en lo cotidiano. La inspiración viene cuando quiere y hay que estar atento, gracias a Dios tenemos la tecnología como los audios de voz para registrar una melodía, una frase, donde a veces comienza todo.

 - Comenzaste  a brindar un "proceso de despertar". ¿En qué consiste?

 - Hace un año conocí un maestro, Valentino Lanús, algo trazado por el destino, nos reencontramos de muchas vidas que vividas juntos, fue mi hermano mayor en varias vidas. Un maestro que me ayudó a caminar por este “despertar”, a vivenciarlo, esa noche oscura del alma se transformó en luz, donde sentí que renací, tuve una iluminación que me provocó mucho conocimiento y comprensión. Traje poderes sanadores, aperturas de conciencia amplificada, y es lo que hago hoy en día. Me enseñó todas las prácticas para lograr un proceso de despertar y es lo que estoy ofreciendo a la gente, una invitación a que puedan crecer, evolucionar, salir del adormecimiento, a tener momentos de felicidad sostenido, de estar realmente presentes más allá del concepto del “aquí y ahora” y en las sesiones que he tenido he visto milagros y esta tecnología es un portal fascinante donde la gente experimenta un grado de amor y paz que nunca había sentido. Es increíble y me marca que es el camino: ser servicio y ayudar es el lugar donde mayor felicidad he encontrado. También a través de mi voz, como canal, usándola, es otro canal para sanar.

 - También hacés sesiones individuales. ¿Que buscás y que esperás de eso? 

 - Sí, son de dos o tres horas en donde hacemos un viaje de drenaje de energía. La gente viene con mucha carga emocional, se hace un trabajo de limpieza, una enseñanza de vuelta a “respirar” para conectar con la práctica de respirar. Hacemos enraizamiento, pasaje de energía cósmica. Son prácticas que quedan para toda la vida para sostener el despertar. Luego entramos en este portal, donde se acceden a registros akáshicos, se libera karma, se acceden a vidas pasadas, se detectan patrones de repetición para sanarlo y estar libre de esta mochila. 

 - Hay un tema musical tuyo que se llama "Soltar". Los procesos de despertar tienen que ver con eso, ¿no?

 - Es de mi segundo disco. En ese momento de mi conciencia en 2015 cuando lo compuse sentía “volver a traer al niño” que jugaba, libre, que era inocente, que vivía como un gran maestro cada situación. Esa canción habla de soltar, en las sesiones también se liberan muchas cosas y la gente comprende el origen de la carga, de la mochila y ahí se genera la soltura por añaduría, es algo mágico.

 - ¿Cuál es la importancia de palabras que mencionas mucho en tus redes? (creer, amor, respirar, felicidad)

 - Sí, son palabras que tienen una energía blanca, pura, dorada. Si bien las palabras son conceptos y cada uno tiene su propio concepto de esas palabras, por encima de ellas está Dios, y por encima del concepto de amor está el amor que es eterno y son palabras que tienen una frecuencia positiva, de luz y quienes están en esa frecuencia la captan y la reciben como puentes para sanar.

 - Estás viajando por el mundo con este nuevo proyecto, haciendo “procesos de despertar”. ¿Cómo lo vivís?

 - Estuve en Buenos Aires, en México haciendo sesiones, trabajando en conjunto, haciendo talleres, y ahora estoy en Miami. Me estoy moviendo por intuición, es también una vida de servicio donde pongo más los deseos de Dios que mis propios deseos y ahí me siento acompañado. No estoy solo. Tengo una energía muy grande con Jesús. Vemos dónde será mi próximo destino y siguiendo las señales de personas que me convocan.

 - ¿Cómo es tu propio trabajo con este proceso de despertar y qué cambió en tu vida?

 - Es “ayudando, me ayudo”. Cuando estoy en sesiones me siento angelado, siento momentos de profundo placer interno, de soltura, la densidad empieza a desaparecer, hay un amor sostenido, una sensación de unidad muy linda que es la que me mantiene en este estado de “despertar” y no dormirme ante un sistema que está hecho para consumir, y nos durmamos. Todo tiene su sentido, su por qué. Me siento feliz cuando hago eso y lo hago para mi.

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