La “Toretto” lloró y pidió perdón frente a la familia del joven que atropelló y mató

En una reducida e improvisada sala de audiencias en la planta baja del fuero penal de 8 y 56, la detenida Felicitas Alvite (21) alias la “Toretto” se paró frente a la mamá y uno de los hermanos del motociclista al que atropelló y mató, y se quebró. En medio de sus llantos desconsolados, la imputada les pidió “perdón”. Lo hizo con la cabeza gacha. Sin mirarlos a los ojos. 

La acción fue seguida por las 22 personas –entre funcionarios judiciales, partes y familiares- agolpadas en ese pequeño recinto de paredes cascadas y húmedas. La frase de Alvite a los familiares de la víctima fue el corolario de la audiencia oral, la primera de este caso, que la jueza de garantías de La Plata, Marcela Garmendia, fijó antes de resolver el pedido de prisión preventiva formulado por la fiscalía. 

Desde la media mañana se montó un inusitado operativo en el fuero. Se cerraron las puertas de acceso, dejando a periodistas y camarógrafos sobre la calle 8, reforzando la custodia policial y penitenciaria al edificio. 

No obstante el desmedido procedimiento, Capital 24 tuvo acceso el sector de la audiencia. La familia Alvite –su mamá, su hermano y su hermana- fue “ubicada” en un primer piso, sobre la calle 56, para evitar un cruce con la otra parte. 

En tanto, a la familia de la víctima, Walter Rubén Armand (35), se le permitió el acceso por calle 8 y su permanencia en uno de los pasillos principales. En un extremo de ese corredor, se ubicaron seis letrados del estudio jurídico que representa a la familia Armand, encabezados por Fernando Burlando, Fabián y Facundo Améndola. 

El propio Burlando se encargó de hacer pasar a la sala de audiencias a la mamá y a un hermano de la víctima, cuando el letrado notó que la custodia se los impedía. 

En tanto, al otro lado del largo y oscuro pasillo, aguardaba el buffet de abogados que asisten a Alvite, Santiago Irisarri, Flavio y Luisina Gliemmo. En sus manos tenían la documentación que permitía reforzar el pedido de libertad por “falta de mérito” contra el de prisión preventiva impulsado por la fiscalía.

Evitaron miradas y cualquier cruce de palabras entre las partes. Hasta que desde la Alcaidía del subsuelo dos oficiales irrumpieron en el corredor con la joven Alvite. Tenía las manos esposadas por la espalda y el mismo buzo con capucha que llevaba el 2 de mayo cuando se entregó en calidad de detenida. 

Los 126 pasos que dio la imputada desde los calabozos del subsuelo hasta la sala de audiencias de la planta baja, los hizo llorando. Los guardias la sentaron en una silla marrón de plástico a la espera de que llegue la jueza Garmendia. La joven se mostró todo el tiempo quebrada, con la mirada baja. No emitía palabras. 

La audiencia prevista para las 11, comenzó cuando la magistrada hizo su ingreso a las 11:56. Y culminó a las 12:59. Fiscalía, particular damnificado y defensa tuvieron quince minutos exactos para su exposición. Así lo establece el artículo 168 bis del código procesal de la Provincia de Buenos Aires al dar cuenta de la audiencia oral prevista a los efectos de resolver el pedido de prisión preventiva.

Lo que tenía de particular esta audiencia es que había sido convocada “de oficio” por la jueza y no a pedido de las partes. Lo cual, adquiere mayor relevancia al caso. Las partes coincidieron en señalar en la previa que la decisión de la magistrada obedecía a los medulosos argumentos presentados hasta el momento, tanto a favor o en contra de la prisión durante el proceso, como de la calificación legal para la imputada Alvite. 

Para la fiscalía y la querella, “La Toretto” debe quedar detenida hasta el juicio oral por el delito de homicidio simple por dolo eventual, una figura que establece una pena en expectativa de hasta 25 años de prisión. 

La defensa, por su parte, sostiene que se trata de un homicidio culposo, por negligencia o imprudencia, en el cual su asistida ya lo admitió al momento de ser indagada y –según argumentan- debería permanecer en libertad o durante la sustanciación de la causa o al menos, bajo arresto domiciliario. 

Ahora la jueza de garantías dispone de un plazo de 48 horas para expedirse por la libertad o la cárcel. El plazo para el dictado de la resolución vence este jueves 6 de junio a las 12:00.

Para el fiscal del caso, Fernando Padován, Alvite, que se hacía llamar “La Toretto”, en referencia a uno de los personajes de la saga Rápidos y Furiosos, y la conductora de un Peugeot negro –Valentina Velázquez (24)- conducían en exceso de velocidad y de manera temeraria “a pesar de que la zona es de una gran afluencia por ser el centro de la ciudad”, eludiendo a otros vehículos detenidos y sin importar poner en riesgo la vida de terceros. “Corrían una ‘picada´, aunque la defensa quiera evitar que se utilice ese término”, aseveró el fiscal en su pedido de prisión preventiva.

“Los elementos de prueba para que se pueda dictar la prisión preventiva son muy contundentes y hay filmaciones que la comprometen, incluso hay un video donde se ve cómo Alvite es abrazada por el dueño del auto que ella conducía (Mateo Amied). Esto demuestra que el testigo tiene un interés particular”, afirmó una fuente de la fiscalía. 

Padován además dio por culminada la etapa investigativa. Y hasta pidió que Alvite y Velázquez sean juzgadas en un juicio oral y público. Esa decisión también está en manos de la jueza Garmendia. 

En su documento, el fiscal dio por acreditado que en la madrugada del 12 de abril pasado, en la esquina de 13 y 532, en La Plata, Alvite, que conducía un VW Gol Trend de un amigo, cruzó la bocacalle con el semáforo en rojo y embistió a Walter Rubén Armand, de 36 años, que circulaba en una moto Bajaj Boxer. El motociclista falleció.

La audiencia oral de ayer, la primera de este resonante caso, se llevó adelante pocas horas después de que se conocieran los mensajes de WhatsApp recuperados del teléfono celular de Alvite, anticipados por Capital 24. En los chats enviados a un grupo de WhatsApp que integraban sus amigas y su hermana Paloma, “La Toretto” pidió que pusieran sus cuentas de la red social Instagram “en privado” y que no le respondieran mensajes “a nadie”. “Todo es usado en mi contra”, escribió la tarde del 19 de abril pasado. Paloma, la hermana de la joven, en uno de los mensajes, ordenó: “Finjan demencia” y “olvídense de todo”. 

La defensa, en tanto, al pedir la falta de mérito y la “inmediata libertad” de Alvite, remarcaron que la imputada “sufre enormemente por las consecuencias de sus actos (citaron informes médicos que así lo acreditan) pero no puede un hecho luctuoso convertirse en una injusticia mayúscula al aplicar un artículo del Código Penal por otro”.

Además, entre otros puntos, afirmaron: “Felicitas no es una chica ni frívola ni corredora de picadas, todo lo contrario: estudia y trabaja”; “No tiene antecedentes penales”, “No tiene una multa de tránsito” y “No existen riesgos procesales”.

La secuencia de los hechos quedó registrada en filmaciones del sistema de cámaras de seguridad de la Municipalidad de La Plata.

Ayer, al finalizar la audiencia oral, Milton, hermano de la víctima dijo que no escuchó el pedido de disculpas de Alvite aunque expresó que “entre el llanto capaz que no se llegó a escuchar”. 

“Lo que vimos fue un llanto por la situación de ella”, remarcó Milton a la salida del fuero penal de 8 y 56.