Los últimos hechos de violencia en el fútbol, especialmente los que tuvieron epicentro en Avellaneda, con cruces dentro de la barra de Independiente y el ataque de hinchas de Racing a simpatizantes de deportivo Cali, precipitaron la salida.
A horas del comienzo de la Liga Profesional de Fútbol y luego de haber acumulado una importante cantidad de desaciertos, el gobierno de la provincia de Buenos Aires corrió al Secretario Ejecutivo de la APREVIDE (Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte), Gustavo Gómez.
Gómez tomó el cargo a finales de 2020 en reemplazo de Juan Manuel Lugones, funcionario «heredado» de parte de la gestión de María Eugenia Vidal y ratificado por Sergio Berni.
Los últimos hechos de violencia en el fútbol, especialmente los que tuvieron epicentro en Avellaneda, con cruces dentro de la barra de Independiente y el ataque de hinchas de Racing a simpatizantes de deportivo Cali, precipitaron la salida.
Pero Gómez venía siendo bastante cuestionado por decisiones arbitrarias y extremas. En las últimas fechas de la Copa Argentina intentó que el partido entre Gimnasia y Liniers se jugara a puertas cerradas -lo que finalmente no ocurrió- aunque sí lo logró con el contejo entre Tigre y Los Andres, en el que el Milrayitas decidió no presentarse.
El funcionario había sido designado de manera «provisoria» por el Ministro Sergio Berni. Venía con el antecedente de haber sido Director de Seguridad Preventiva de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) .
Su primera aparición pública – junto a una comisión encabezada por el propio presidente de AFA, Claudio Tapia – fue en el predio de Ezeiza junto a la mesa chica del considerado Ascenso Unido.
Allí se lo vio por primera vez junto a los presidentes de las distintas categorías: Marcelo Achile (Defensores de Belgrano); el de la C, José Luis Coutinho (Deportivo Merlo); y el de la D, Dante Majori (Yupanqui) y también el presidente de la B Metropolitana, Maximiliano Levy (Almirante Brown . De aquella presentación en sociedad pasó un año y medio.
El fútbol argentino fue demasiado para Gustavo Gómez. Había asumido provisoriamente en APREVIDE en diciembre de 2020.
Gómez pareció poder plantarse y ganar seguridad en el cargo que había dejado el victimizado Lugones, cuando salió al cruce de la dirigencia de Boca en marzo del año pasado cuando estalló el escándalo por los hinchas VIP. Por entonces el fútbol argentino mantenía las puertas cerradas pero se habilitaba la presencia de los llamados «allegados».
«La de Aprevide es una silla caliente, la tarea que lleva adelante el ministro de Seguridad es titánica porque las problemáticas se multiplican. Tenemos un ministro (Sergio Berni) que nos guía con su ejemplo, que está encima. Es de hablar poco y hacer mucho, nuestra lógica va en ese camino», señalaba por entonces quien encaraba un cruce dirigencial fuerte por primera vez.
Previo a la cantidad de inconvenientes antes nombrados – y que fueron demasiado para los últimos meses- Gómez había lidiado con situaciones complicadas en plena pandemia y con olas masivas de contagios como cuando en las ligas del interior se violaba todo tipo de protocolo sanitario y se veían canchas repletas algo que ocurrió en la final del Torneo Nocturno en Junín y, apenas cuatro días más tarde, en el clásico entre 9 de Julio y Tiro Federal.
La última decisión que llegó desde APREVIDE fue la de nombrar 440 efectivos para el clásico platense de la primera fecha de la Liga Profesional, donde se había tomado la postura estratégica de poner seguridad en lugares icónicos de la ciudad, en ambas sedes, en la Plaza Moreno y en Plaza Italia, zona donde concentrará Gimnasia y que tendrá una fuerte escolta policial.